martes, 1 de octubre de 2019

¿Motivación en la aulas sí o motivación en las aulas no?

Creo que podemos convenir que es lógico que un profesor quiera que sus alumnos estén motivados en sus clases. Es posible que haya profesores a los que les de igual e incluso alguno que hasta que no ve llorar a un alumno desesperado no empiece el día, pero vamos ser positivos y pensar que sí. Motivación en las aulas SÍ.


Pero, ¿qué es la motivación? El término motivación proviene del latín motivus (movimiento) y se podría definir como un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta. Cada persona es un mundo en si misma y por ello los motivos que impulsan a alguien a llevar a cabo una acción pueden ser increíblemente variados.

La motivación puede ser de dos tipos: extrínseca e intrínseca. Hablamos de motivación extrínseca cuando el impulso para hacer algo es lograr otro fin posterior; por ejemplo en el ámbito educativo sería motivación extrínseca estudiar para aprobar y evitar que nos castiguen o aprobar y recibir un premio. La motivación intrínseca es aquella por la que realizamos algo por el mero hecho de hacerlo sin buscar recompensas más allá, como cuando realizamos un hobby. Ambos tipos de motivación pueden combinarse y potenciar el efecto e incluso evolucionar. Podemos comenzar a hacer algo por motivación extrínseca y, con el tiempo, acabar realizándolo por el mero hecho de disfrutar haciéndolo.
¿Pueden los profesores motivar a sus alumnos? La respuesta es sí. Uno de los mejores potenciadores de la motivación es el propio éxito realizando una tarea. Cuando hacemos algo que entraña cierta dificultad nos sentimos competentes especialmente cuando logramos superar un obstáculo que se nos resistía. El profesor aquí puede ser un catalizador esencial haciendo sus lecciones más comprensibles y dotando a sus alumnos de herramientas para enfrentarse a su materia. Puede hacerla atractiva comenzando por mostrar entusiasmo por ella y logrando así que sus alumnos presten atención en lo que se les enseña.

En el artículo que nos proporcionó el profesor hablaba de la técnica emplea César Bona con sus alumnos de primaria que consiste en otorgar un rol a cada alumno de tal modo que cada uno percibe que es importante en el funcionamiento de la clase, que lo que hace tiene un efecto aunque sea simplemente levantando la persianas al llegar por la mañana. Este planteamiento es más difícil de aplicar en secundaria pero es un ejemplo de un truco que un profesor en concreto ha encontrado para motivar a sus alumnos.

Como ya he dicho cada persona es un mundo y los profesores son personas. Cada uno tendrá que encontrar sus propios modos de motivar a sus alumnos porque cada uno impartirá una materia en concreto con un estilo propio y dirigido a un grupo de alumnos que, de nuevo, también son personas con sus propias inquietudes e intereses.

Es todo un desafío y puede parecer abrumador, pero como dice el proverbio chino: un edificio de nueve plantas empieza en el suelo, un camino de mil millas comienza con un paso.

Espero haberos motivado ni que sea un poco con toda esta parrafada. Yo creo que el poder llegar a ser buenos docentes es impulso suficiente aunque sea para intentarlo.


1 comentario:

  1. Muy buena entrada Juan, todo profesor debe saber que es una herramienta fundamental para fomentar la motivación de sus alumnos. Se nota que como psicólogo tienes muy claras las ideas de motivación y autoconcepto. Todo profesor debería tener claros esos dos conceptos, la influencia del maestro es muy grande sobre sus alumnos por lo que hay que saber muy bien como motivar a los chicos.

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