La Fundación Tomillo, una entidad privada sin ánimo de lucro, gestiona dos centros de segunda oportunidad en los cuales los contenidos curriculares se tienen en cuenta pero en los que se pretende formar personas que puedan desenvolverse por sí mismas en la sociedad en la que viven.
"La equidad es: a los que menos han tenido, para que puedan ponerse al nivel de los otros, hay que darles mucho más"En ocasiones las personas que acuden a este tipo de centros muestran problemas de conducta, problemas emocionales e incluso trastornos psicológicos que requieren un trabajo especial por parte de los docentes de dichos centros que, habitualmente, han de lidiar con dichos problemas para poder mantener un ambiente en el aula que permita entrar en los contenidos curriculares.
En ocasiones surgen conflictos. Se puede ver una escena en que el día anterior habían robado algo a un alumno o discusiones entre los estudiantes que no tardan en subir de tono (sin llegar a la violencia). Otro de los objetivos es ayudar a estos chicos y chicas a aprender a lidiar con sus impulsos y emociones y hacerles ver que, tras una vida de escuchar que no sirven para nada, tienen un potencial que pueden sacar a la luz y dotarles de éxitos personales que les den seguridad para enfrentarse a sus metas pensando en que si se lo proponen y lo trabajan, es posible lograrlo.
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